El momento más esperado es también el que más incertidumbres crea. Pero de algún modo u otro, el bebé nacerá y con ello, empezará una nueva etapa repleta de nuevas emociones, vivencias y sensaciones. Aunque es complicado, no te dejes llevar por los nervios ni los miedos. Disfruta al máximo de cada momento.
Semana 40
El bebé lleva ya algún tiempo en un espacio muy pequeño por lo que tiene también ganas de nacer. En el parto los dos seréis un único equipo, ya que, cada uno por su lado aportará su granito de arena para que todo vaya adelante.
Por muy pequeño que sea, de forma instintiva, el bebé realizará determinados movimientos con la cabeza para poder atravesar lentamente el canal del parto. Cada contracción del útero le ayudará a avanzar milímetro a milímetro hasta que veas asomar su cabecita con el último empujón. ¡Felicidades, por fin os vais a conocer!
Semana 41-42
Si has salido de cuentas y el bebé aún no ha nacido, puede que tu ginecólogo te comente la posibilidad de provocar el parto de forma artificial utilizando algunos medicamentos como la oxitocina. Pero sólo se trata de la inducción, una vez empieces a tener contracciones, el resto será cosa de tu cuerpo y tu bebé. ¡Ya queda menos!
Y finalmente, si el parto vaginal no es posible por razones médicas, tu ginecólogo te practicará una cesárea. La cesárea no es más que un corte en el abdomen y útero para extraer el bebé.
En ambas situaciones te ponen una anestesia peridual para mitigar el dolor, a no ser que solicites, a excepción de la cesárea, en el caso de parto vaginal, que quieres un parto natural.