Cuando hace buen tiempo y el sol brilla en el horizonte, apetece disfrutar del cielo azul en la arena, junto a las olas del mar, o en pleno campo, pero siempre, junto a tu bebé. Ya sabes que no es bueno que los rayos de sol incidan directamente sobre él, pero con algunas precauciones y cuidados ¡el sol no se os resistirá!
Al aire libre... se pasa mejor
Aprovecha el buen tiempo y disfruta con tu bebé. Días de playa, piscina, excursiones a la montaña, paseos por el campo... Sólo tienes que tomar algunas precauciones para evitar que los rayos de sol dañen su piel o que el calor lo deshidrate.
El sol contribuye al desarrollo del bebé ayudándole a sintetizar la vitamina D, lo que favorece que sus huesos crezcan sanos y fuertes. Por ello, un pequeño paseo diario o un rato al aire libre, asegura tomar la dosis de sol recomendada, pero recuerda hacerlo fuera de las horas de máximo calor del día.
Debes tener en cuenta que la piel de los bebés es bastante blanca, ya que su producción de melanina, la sustancia que nos protege de los rayos solares, es todavía bastante baja y por ello su piel es muy sensible.
La ropa
En la playa, lo más adecuado es que sea blanca de algodón (o lino) y que le cubra brazos y piernas lo máximo posible, así se sentirá fresco y protegido. No optes por colores oscuros (atraen el calor del sol) ni tejidos gruesos. También es recomendable que cubras su cabecita con una visera o sombrero para evitar que se le recaliente.
A la sombra, mejor
Elige una buena sombra o llévate la sombrilla si vais a la playa. Las hay especiales que actúan como filtro de los rayos solares, y otras opciones como capazos especiales para bebés con toldo o mosquitera. En los paseos en carrito, lleva siempre abierta la sombrilla.
Cremas de protección solar
En la actualidad puedes encontrar numerosas opciones de cremas protectoras para la piel de tu bebé con sustancias que actúan de filtro solar y disminuyen la incidencia de los rayos del sol sobre la piel. Si vas a dar un paseo, sólo es necesario que se la des en cara, brazos y pies (y piernas si van al aire libre). En la playa, aplícasela por todo el cuerpo. Ponle un poquito antes de dársela por completo para comprobar que no le produce ningún tipo de reacción
Pero, ¿cómo debe de ser la crema? Asegúrate de que sea antirayos UVA y UVB, resistente al agua, con un alto nivel de protección solar (FPS), además de ser hipoalergénica y sin perfume. Verás que cada una tiene un Factor de Protección Solar (FPS), que indica la capacidad de protección sobre la piel frente a los rayos ultravioletas. Para los bebés, el factor debe ser siempre alto (30-50) o muy alto (ultra) (+50). Si tienes dudas, consulta a tu farmacéutico de confianza.
¿Cómo aplicarla?
- En la cara, las manos y los pies de nuestros pequeños.
- Para que sea efectiva, hazlo 30 minutos antes de la exposición.
- Extiende la crema sobre la piel seca del bebé.
- Pon bastante cantidad y asegúrate de que está bien extendida por la piel: nariz, nuca, hombros, orejas y el empeine de los pies.
- Aplícala de nuevo cada 2 horas o antes si es necesario, ya que la efectividad del filtro solar va disminuyendo.
- No te fíes de los días nublados, ya que pasan hasta el 90% de los rayos, y úsala también.
La hidratación
Con el sol y el calor el bebé pierde líquidos rápidamente, sobre todo por el sudor. Por eso debes darle de beber agua o zumos de forma continua y entre horas.
¡Muy importante!, recuerda que todos los consejos de protección solar debes tenerlos también en cuenta cuando tu bebé vaya a conocer la nieve, ya que también en estas circunstancias necesita prevenir los efectos de un exceso de radiación solar.
Y ahora... ¡a disfrutar del aire libre!